Julio C. da Rosa

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Correspondencia entre Julio C. da Rosa y Juan José Morosoli (1949-1956)

En la Colección de Arturo Sergio Visca, alojada en el Archivo literario de la Biblioteca Nacional, se encuentra la siguiente serie de cartas originales intercambiadas entre Julio C. da Rosa y Juan José Morosoli. Especialista en literatura uruguaya e integrante del grupo responsable de la revista Asir, Visca mantuvo un interés persistente en la obra de estos dos autores. El conjunto está formado por 7 cartas manuscritas de Morosoli, las transcripciones a máquina que hiciera en su momento A.S.V., y 29 cartas, a máquina y manuscritas, de Da Rosa. Se muestran intercaladas y ordenadas cronológicamente.

El iniciador fue Julio C. da Rosa, inspirado por su admiración hacia el “Maestro” Morosoli. En el lapso abarcado por esta correspondencia Morosoli editó Muchachos (1950) y Vivientes. Cuentos regionales (1953). Da Rosa publicó su primer cuento en la revista Asir, gracias a una gestión de Morosoli, y dio a conocer sus primeros dos libros de cuentos en la editorial de la revista: Cuesta arriba (1952) y De sol a sol (1955).

La constelación de nombres y referencias puesta en juego pertenece, fundamentalmente, al orbe de la revista Asir (1948-1958). Aparece también mentada la revista Número (Primera época: 1949-1955). Entre ambas se tejieron y contrapusieron actitudes, ideas de la literatura y pensamientos sobre el escritor y su acción en el mundo, que no se superponen exactamente con definiciones político-partidarias.

Asir (1948-1958) se convirtió, según Carlos Real de Azúa, “en un eficaz plano de pasaje de los escritores del interior hacia Montevideo”. Algunos de los rasgos con que Real caracteriza la labor intelectual del grupo responsable de la revista y la editorial pueden ayudar a captar el “ambiente espiritual” del que se nutrió Da Rosa en los años de su formación como escritor: una “actitud crítica, disidente frente a las vigencias de lo que cabe reconocer como “contemporáneo” o “actual”, un “espiritualismo anti-intelectual” que reclama una “sabiduría” que reconozca los límites de la razón y se apoye en un sentido de trascendencia y comunidad”. ("Washington Lockhart (1914)", Antología del ensayo uruguayo contemporáneo T.II). Años después, en 1970, en entrevista de Jorge Ruffinelli, Da Rosa rememoró el espíritu de Asir: “fue un intento de reencuentro con lo tradicional con miras a proyectarlo en una literatura nacional; la búsqueda, el fomento de valores narrativos en materia criolla” (Palabras en orden, Universidad Veracruzana, 1985).

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